martes, 11 de diciembre de 2012

Numerosos socios de la EE de Lima se reunieron para celebrar el Día del Euskera y de San Francisco Javier


La Euskal Etxea de Lima, en Perú, se llenó de socios y amigos para celebrar el pasado 3 de diciembre el Día Internacional del Euskera y la festividad de San Francisco Javier. Raúl Noblecilla, presidente de la entidad, recordó que la Fiesta del euskera tiene lugar coincidiendo con el día de uno de los vascos más universales de la historia, el santo euskaldun que recorrió en sus misiones India, Malasia, Japón y China. La fiesta vasco-limeña contó con la actuación del coro de la entidad y terminó con una cena a la que asistieron numerosos socios.
Lima, Perú. El Centro Vasco Euskaletxea de Lima reunió a socios y amigos para un festejo por partida doble: el del Día Internacional del Euskera y la fiesta de San Francisco Javier. El acto tuvo lugar en la sede de la euskal etxea en el distrito de Miraflores de la ciudad de Lima.

La jornada comenzó con una intervención del presidente de la euskal etxea, Raúl Noblecilla, que recordó que en el Primer Congreso Mundial de Colectividades Vascas --que tuvo lugar en Vitoria-Gasteiz en el año 1995-- se acordó que las euskal etxeak celebraran cada 3 de diciembre como Día del Euskera. La fiesta fue propuesta en 1949 por Eusko Ikaskuntza, coincidiendo con la festividad de San Francisco Javier, misionero jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y, como éste, vasco, por lo que el día cobra una doble significación, expresó..
Noblecilla hizo una breve reseña de la vida de San Francisco Xabier, "desde su nacimiento el 7 de abril de 1506 en un pueblo cerca de Pamplona,  donde se levanta imponente el Castillo de Xabier, antigua fortaleza militar obligada a convertirse en casa solariega, hasta su fallecimiento cerca de Macao el 3 de diciembre de 1552", recuerdan desde el centro vasco limeño. También rememoró su encuentro en la Universidad de París con Ignacio de Loyola, la fundación en 1534 de la Compañía de Jesús; y su periplo misionero por la India portuguesa, Goa, el sur de la India, Ceilán, Malaca, el archipiélago Malayo, Japón y China. En Japón, luego de estudiar el japonés fundó una comunidad cristiana.
Intervención del presidente de Euskaletxea de Lima, Raúl Noblecilla 
Noblecilla recordó también a otro vasco universal, Pedro Arrupe, que "cuatrocientos años después desarrolló una intensa labor misionera en Japón, sufriendo las consecuencias  y, a su vez, asistiendo a las víctimas de la bomba atómica que destruyó Hiroshima".
El presidente de Euskaletxea se refirió después al euskera, destacando que "los estudiosos sitúan sus orígenes en el Paleolítico, y que no tiene antecedentes ni parentesco con las lenguas europeas". "Resistió el embate de cuanta invasión pasó por la península ibérica. Sin embargo, desde antiguo aceptó préstamos lingüísticos, especialmente latinos", declaró. "Por mucho tiempo se circunscribió a la comunidad familiar, en los caseríos. Considerado símbolo de la identidad vasca, el euskera fue reprimido durante la guerra civil y el régimen franquista".
Aspecto del salón del centro vasco donde tuvo lugar la cena 
El acto se completó con una exhibición del Coro de Euskaletxea de Lima, que interpretó diversas canciones en euskera, y concluyó con una cena de hermandad en la que se sirvieron platos de la gastronomía vasca.



San Francisco Xavier y el euskera.

En el Primer Congreso Mundial de Colectividades Vascas reunido en Vitoria-Gasteiz en el año 1995, se acordó declarar y celebrar cada 3 de diciembre como Día del Euskera. La fecha coincide con la festividad de San Francisco Xabier, misionero jesuita, compañero de San Ignacio de Loyola y, como éste, vasco. El día, por tanto, tiene una doble significación.

San Francisco Xabier, nació el 7 de abril de 1506 en un pueblo cerca de Pamplona, Navarra, donde se levanta imponente el Castillo de Xabier, antigua fortaleza militar obligada a convertirse en casa solariega. Parada obligada de turistas y viajeros, y en mi caso, formado por los jesuitas en Lima, sitio, al igual que Loyola, de emocionado reencuentro.

En 1529 se encuentra el joven Francisco Xabier estudiando en la Universidad de París, donde conoce y traba profunda amistad con otro vasco ilustre y universal, Ignacio de Loyola.   Identificado con éste en ideales y sensibilidad ante una Europa conmocionada por la reforma protestante, las divisiones y las guerras, lo acompaña en 1534 en la fundación de la Compañía de Jesús. Viajan a Roma a expresar su obediencia total al Papa, característica de singular importancia en la compañía, ordenándose de sacerdote en 1537.

La compañía de Jesús había nacido bajo la inspiración de Ignacio, con la decisión de ser baluarte en la defensa de la religión, soldados de Jesús, como se expresa tan significativamente en la conocida Marcha de San Ignacio. La lucha por la fe lleva a Francisco Xavier a optar por el camino de las misiones. Viaja a la India portuguesa  en 1542, predicando en Goa, el sur de la India y Ceilán. Luego pasó  a Malaca y recorrió el archipiélago Malayo, fundando en todos éstos lugares comunidades cristianas y convirtiendo a la religión católica a muchos de sus habitantes.

En 1547 pasó al Japón, donde luego de estudiar el japonés fundó una comunidad cristiana. Cuatrocientos años después, otro jesuita vasco, universal como ellos, Pedro Arrupe, desarrolló una intensa labor misionera en Japón, sufriendo las consecuencias, y a su vez asistiendo a las víctimas de la bomba atómica que destruyó  Hiroshima.

En 1552 decidió partir a la China, acompañando a una embajada portuguesa ante el Emperador, misión diplomática que no logró su cometido pues dio por finalizada su labor en Malaca. No obstante, Francisco Xavier decidió continuar el viaje sólo y llegó hasta cerca de Macao, pero no logró entrar al continente: lo sorprendió la muerte el 03 de diciembre, conservándose sus restos en Goa.

Por su labor misionera, además de ser canonizado en 1622, es reconocido como Apóstol de las Indias, Patrón del Oriente, Patrón de la Fe, Patrón de las Misiones y, ahora,  Patrón del Euskera.

El Euskera, eusquera, euskara, vascuence, es la Lengua ancestral del País Vasco, Navarra y las provincias de la montaña. Su antigüedad no está establecida, pero estudiosos la sitúan en el paleolítico. No tiene antecedentes ni parentesco con las lenguas europeas. Algunos lingüistas, sin embargo, le encuentran características aglutinantes como en algunas lenguas o dialectos lapones y caucásicos. Resistió el embate de cuanta invasión pasó por la península ibérica. Sin embargo, desde antiguo aceptó préstamos lingüísticos, especialmente latinos, desde el siglo primero antes de Cristo.
Por mucho tiempo se circunscribió a la comunidad familiar, en los caseríos. Considerado símbolo de la identidad vasca, el euskera fue reprimido durante la guerra civil y el régimen franquista. Con el advenimiento de la democracia ha recuperado y extendido su influencia y vigencia. Es lengua oficial  del París Vasco, reconocida por el estado español..

Desde el año 1918 existe la Real Academia de la Lengua Vasca o Euskaltzaindia, encargada de unificar en el “batua” los distintos dialectos vascos así como de normalizar la ortografía, el léxico, la declinación y el verbo. Su enseñanza en el País Vasco es hoy día obligatoria en la educación primaria y secundaria. La tendencia en el País Vasco es hacia el bilingüismo, considerada una de las formas más eficaces de lograr su perdurabilidad.

La designación del 3 de diciembre como día del Euskera, coincidente con la de San Francisco Xavier, puede tener muchas y diversas interpretaciones. Rescatemos sólo una: San Francisco Xavier, como San Ignacio de Loyola, Patrono de Euskadi, tiene una dimensión universal, más allá de los confines de Euskalherria, más allá de los confines de Europa, más allá de la historia. Son personalidades que pertenecen a la humanidad, con presencia vigorosa y trascendente hasta nuestros días. Sin embargo, nunca dejaron de ser vascos. Por ello, se les reconoce como vascos universales.

El euskera, lengua ancestral, nativa, del paleolítico, resistente a las invasiones y a las persecuciones, pero permeable a los préstamos lingüísticos, tiene la energía, fortaleza, capacidad de comunicación y voluntad San Francisco Xavier.

Raúl Noblecilla